El diseño del jardín es un verdadero desafío para quienes nunca han enfrentado esta tarea. Pero es en verdad algo sencillo, si tan sólo contamos con algunos trucos bajo la manga. Aquí te contamos algunos tips para que el diseño y planificación de la ambientación del jardín sea cosa sencilla.
Primero y principal, debemos evaluar las dimensiones y características de la zona del jardín. En particular si se trata de un proyecto completamente nuevo, pero también si se trata de una remodelación del jardín actual. De tal modo, tomaremos lápiz y papel y diseñaremos la superficie del jardín, anotando en este plano los puntos fijos, como paredes y divisiones estructurales, piscinas, árboles, la zona de la bomba de riego y los picos de riego y demás.
Luego, y en consideración de los espacios disponibles, diseñamos sobre el papel las zonas que quisiéramos lograr. Es decir: determinaremos qué aspectos nos gustaría que nuestro jardín cumpliera, con qué elementos, y en qué zona se podría hacer. Si el diseño no lo permite, debemos modificar nuestros planes o eliminar la zona por completo.
Recuerda que debes dejar un espacio de circulación y apreciación del jardín. Saturarlos de elementos decorativos y/o funcionales le restaría encanto. Es mejor tener zonas menos extensas, pero mayor paisaje y belleza, para poder disfrutarlo más.
Entre las zonas del diseño del jardín, debemos incluir las fijas ya anotadas, y también una zona libre, llamada tradicionalmente la “zona de césped”. Luego, podemos definir las zonas de piscina, juegos, mesas de comer, reposeras y sillas de descanso, pérgolas y glorietas, rincones de relax (como hamacas y demás) o de lectura, y otras, tantas como el deseo nos impulse y el espacio nos permita.
También definiremos con igual atención las especies vegetales que queramos colocar. En nuestro mapa trazaremos su espacio de ubicación, delimitando su zona de cobertura cuando la planta haya alcanzado su máximo desarrollo. Ello nos permitirá adelantarnos a su crecimiento, respecto de la colocación de muebles, fuentes, farolas, y todo tipo de elementos.
Ya determinados los espacios, definimos los elementos necesarios. Aquí incluimos baldosones, piedras y demás para construir y demarcar los caminos de circulación, los juegos de muebles de exterior (mesas con sillas, reposeras, sillones, hamacas, sombrillas y demás), bancos, verjas y cercos, tendederos y colgadores, macetones, la casa de la mascota y todo lo que se te ocurra. Allí revisamos el presupuesto para conocer de antemano nuestras limitaciones económicas, y nos dirigimos al mercado con el metro en la mano, para definir exactamente las dimensiones de los elementos, sin perturbar la circulación ni la apreciación del paisaje de nuestro jardín.