Para elegir un mármol, lo mejor es considerar el uso que se le va a dar. Para un baño, es mejor que sea de mínima porosidad para que no absorba el agua, y ello se consigue con uno natural o tratado para ampliar su tolerancia a los ambientes húmedos.
El mármol es un tipo de piedra caliza cristalizada de varios colores, en ocasiones veteada o con manchas. Los colores son muy variados, desde el blanco limpio al negro brillante, los hay en casi todos los tonos. También puede ser traslúcido y tener veteados coloridos muy hermosos.
Los mármoles para baño se pueden adquirir en láminas finas al estilo porcelanato, que se instalan muy fácilmente y tienen un mínimo mantenimiento. El acabado también es muy variado, pues se pueden adquirir piezas terminadas con pulido con brillo, pulido opaco, con textura o biselado.
Algunos mármoles afamados son el blanco de Carrara, el mármol de Macael, el Travertino y diversas piedras calizas de diferente calidad y características.
Existen 7 diferentes tratamientos con los que puede tratarse el Mármol:
Desbastado: es el acabado tosco que se obtiene mediante golpes de maza.
Aserrado: acabado que resulta del corte de sierra.
Apomazado: pulido con polvo abrasivo de piedra pómez. El resultado es una superficie lisa y mate.
Averrugado: es un acabado sinuoso que se consigue con un puntero.
Pulido: es un tratamiento de apomazado, suavizado y abrillantado.
Abujardado: es un acabado realizado mediante bujardas que consiguen una textura áspera uniforme.
Flameado: es una terminación que consiste en la aplicación de una fuente brusca de calor. Se obtiene una superficie rugosa, no uniforme.
Conociendo los acabados y sus características, puedes elegir el mármol más adecuado para la decoración que desees realizar en tu hogar, ya sea para colocar como encimera de baños y cocinas, hacer revestimientos o decoraciones de piedra.