El color blanco puro es, quizás, el más neutro de los colores, pero también el más representativo para la espiritualidad. El blanco es el color de la pureza, de la paz, de la calma y de la concentración. Puedes aprovecharlo para mejorar el flujo de energías en tu hogar y para propiciar un hogar de calma y benevolencia.
En la naturaleza, el color blanco evoca las cosas calmas, quietas o esperanzadoras, en el colectivo general. Es el color de la nieve y de la espuma del mar; es el color de las abultadas nubes que recorren lentamente el cielo, y es también el color de la luz y la claridad. Y es que el blanco, sencillamente, está en todos los colores, a nivel energético, y a nivel espiritual.
El blanco es el color del alma superior en la espiritualidad. Es el color elegido para propiciar ambientes de calma y de higiene, como el cuarto de lavado o ciertos detalles de la sala de estudio, la biblioteca o la oficina hogareña. Sin embargo, siempre se recomienda mezclarlo o combinarlo con otros colores, otros tonos y otras texturas, pues demasiado blanco puede ser contraproducente, desmotivando la creatividad, el ímpetu creativo y la acción imaginativa: el blanco puro puede ser interpretado como el tono de las penas y del sufrimiento.
También debemos interpretar que existen diversos tonos de blanco. El off White no es un color, sino una convergencia de colores en su esencia blancos, pero con pequeños toques o tintes de otros, que lo suavizan. Se trata de los reconocidos en pinturerías o en cosmética como “blanco hueso”, “blanco cáscara de huevo”, “blanco viejo” y demás. Estos tonos de blanco son ideales para las habitaciones íntimas, donde se prioriza la concentración y la relajación, como puede ser un dormitorio, un cuarto de baño (en especial en la zona de la ducha o de la bañera) y en sitios laborales.
También el blanco es ideal para la decoración en toques especiales. En habitaciones muy cargadas de energías, muy dinámicas y sumamente activas, la colocación de gemas y piedras decorativas blancas es ideal. Estos elementos, en su color, logran disminuir la fuga de energías, y propician la concentración y el buen enfoque en los objetivos propuestos.
Recuerda que el blanco, en la espiritualidad, es un poco de todos los colores. Aprovéchalo cuando te sientas a gusto con ello, y no te desanimes por aquella vieja creencia de que “el blanco se ensucia rápido”: todas las habitaciones de tu hogar se pueden beneficiar con una decoración inspirada en el espíritu superior del color blanco.