Ya sabemos que la elección de las pinturas depende de muchos aspectos, como el material o la superficie de trabajo, y asuntos como el apuro por el trabajo finalizado y el presupuesto disponible.
En esta oportunidad, conoceremos más sobre los acabados que podemos lograr con los diferentes materiales de trabajo, tanto los elementos como las pinturas en sí.
En reglas generales, podemos distinguir a las pinturas en dos grupos básicos: a base de agua, o a base de aceite. Las primeras, de base acuosa, son ideales para su aplicación en cuartos de uso, por su veloz secado y por la practicidad de su limpieza (con agua). Son las grandes elegidas para trabajos de pintura decorativa, ya sean menores o mayores, por tales motivos. Las segundas, de base oleosa, son ideales para cubrir superficies diversas, que el látex no logra cubrir, como vidrios, metales, plásticos y otros semejantes; y son más elegantes aunque laboriosas, pues se requiere de solventes para su limpieza. Luego, podemos distinguir los barnices, incoloros o tonalizados, que se utilizan con fines de protección de las pinturas o de ciertas superficies.
Luego, podemos distinguir la pintura elegida según su sitio de aplicación: si será de interior o de exterior. Ello se debe a que las pinturas para exteriores poseen diferentes propiedades, que las hacen más resistentes a los rayos solares y al rigor de los elementos.
Otra distinción de las pinturas es según su brillo (mayormente las de base acuosa, pues las oleosas suelen ser brillantes). Así, elegiremos entre pinturas de acabado mate (libres de brillo), satinado (un tanto brillante) o brillante. Su diferencia, además del acabado, depende de la permeabilidad deseada: las mate son menos permeables, mientras que las satinadas y brillantes poseen mayor permeabilidad y resistencia a la alcalinidad de otros elementos (a diferencia de las de base oleosa).
Una nota de interés es que las pinturas mate logran disimular los defectos de las superficies, mientras que las más brillantes los resaltan, siendo entonces ideales para superficies texturadas.
Dependiendo del acabado deseado y del sitio a aplicar la pintura, puedes elegir tus materiales. Para el exterior, te recomendamos pinturas mate de fácil aplicación y rápido secado, de preferencia de base acuosa. Para el interior, puedes utilizar pinturas al agua o al aceite, según tu planificación de remodelación.
Recuerda que para cada material y superficie, las cadenas elaboradoras de pinturas tienen productos especiales. Dentro de sus líneas (madera, yeso, hierro, plásticos y demás) podrás elegir diversos acabados, y hasta efectos interesantes: en pinturas esmaltadas, puedes optar por aerosoles de acabados metalizados y hasta tornasolados; en pinturas de base oleosa encontramos productos de dos componentes que simulan, en su acabado, hierros, metales y hasta vetas de madera o craquelados. Elige la más apropiada para el trabajo a realizar, y asesórate en la pinturería sobre tus opciones.
Foto: U.S. Navy - Vía Wikimedia
