El dormitorio suele ser el ambiente de la casa que más rápidamente se desordena. Sobre las mesas de luz comienzan a acumularse objetos diversos (libros, monedas, bijouterie, etc.); los cojines pierden su forma, a veces quedan prendas sobre las sillas, etc.
El efecto general después de un tiempo, es de caos.
A menos que no te quede más remedio por falta de espacio, evita ubicar el ordenador en el dormitorio, esto está bueno para los adolescentes que pasan casi todo el tiempo en su cuarto (cuando están en casa), pero no para los adultos. El cuarto debe ser una especie de refugio al que nos retiramos a descansar del trajín diario, y en el que compartiremos momentos a solas con nuestra pareja, o nos relajaremos a gusto luego de trabajar.
Como hemos dicho, la decoración del cuarto debe ser simple, y los colores cálidos y suaves, para permitir un sueño relajado. Si ponemos un cuadro o poster, tratemos que sea una imagen que tenga algún significado especial para nosotros: puede ser la imagen de algún lugar que nos guste, o un diseño que nos ayude a meditar, o que nos dé sensación de paz. También puede ser una fotografía que hayamos tomado nosotros mismos, una escena familiar, o de algún sitio que haya tenido un significado especial en nuestra vida.
¿Hay una ilustración de un libro que te gusta mucho y te encantaría tenerla en tamaño gigante frente a tu cama? Puedes pedir la medida que desees en sitios como muralsyourway, que envían a todo el mundo.
Cuando de dormir bien se trata, la ropa de cama tiene una importancia especial. Es preferible tener menos juegos de cama pero de una buena tela, a tener muchos y de telas que se degradan rápidamente con los lavados. La sensación de acostarnos en sábanas de puro algodón, algodón egipcio o seda, es inigualable. Pueden transformar la cama más sencilla en el lecho de un rey.
Después de todo, nuestro cuarto es nuestro pequeño palacio, ¿verdad?